sábado, 21 de junio de 2008

HISTORIAS Y COSTUMBRES DE MI PUEBLO LOBER


EL TOQUE DE ORACIÓN

El toque de oración fué costumbre en nuestro pueblo, consistía en tocar ocho ó díez campanadas al tiempo de anochecer, con interválos de cinco segundos apróximadamente, la cual, no sé si aún contínua o no, pero en aquellos años tenía dos significados, uno rezar las ave marías, cosa que en aquellos años se hacía en la mayor parte de las cocinas al humor de la lumbre. La otra era como un toque de recigida, al oir la prímera campanada, los más menores que jugaban en el punto de encuentro "La Moral", tomaban carrera hacía sus respectivas casas, cosa que tanto nuestros padres como nuestros maestros nos tenían dicho, y las calles a partir de esa hora quedaban prácticamente solas.

A esa hora de la noche, los que tomaban las calles por suyas eran los mozos, y si quedaba algún menor despistado, los primeros corrian tras él haciendolo entrar en casa en pocos minutos. Los mozos poco apoco se iban reuniendo en el punto de encuentro "La Moral", en tiempo de frío hacían una gran lumbre cojiendo la leña del cabañal de mi tío cualquiera, en ella se calentaban por delante, pero por detras con las espaldas heladas, pero allí aguantaban hasta altas horas de la noche contando anécdotas ó histórias ocurridas por el día, a veces acompañados de alguna botella de aguardiente, que ellos habian comprado a "escote".

Entre los mozos había el llamado "Alcalde", era el que mandaba, para dar alguna orden juntaba los mozos, siempre por la noche a toque de cuerno, al sentir éste, acudían todos, ya que se imaginaban que algo nuevo sucedía.

PAGAR LAS COSTUMBRES

Era costumbre cobrar las costumbres a los mozos forasteros cuando éstos comenzaban relacciones con alguna moza del pueblo, si éste, acudía varias veces a hablar con ella. El alcalde tocaba el cuerno, acudian los mozos, y todos iban a hablar con él con el único fín de que pagase "Las Costumbres", ésto consistía en que págase una invitada en la taberna, que solía ser un cántaro de vino y una lata de escabeche. Sí alguno se resistía a no pagar (que de todo había) corria el péligro de que se le diera un chapuzón en el pilón aunque fuera en pleno invierno. Pero si éste contínuaba con la relacción, cuando se casaba se le cobraba el "Cigueño", el cigueño ya era más caro, yo recuerdo que en que en la década de los 60 se le cobraban 1000 de la antíguas pesetas, con ésto ya había para una gran cena, yo recuerdo que en aquella década se casaron en Lober ocho ó díez forasteros, a la cena se invitaba también al anfitrión si se había portdo bien, y se acababa la fiesta hechando la ronda alrededor del pueblo amenizada con gaita i tamboril, ya de tradicción en nuestro pueblo.

PAGAR LA MEDIA

También era tradicción pagar la "Média". Al cumplir los 14 ó 15 años, para ser mozos los chavales tenían que pagar la "Média", Si no la pagaban, éstos no tenían derecho ha bailar con las mozas, ni a andar por la calle después del toque a la "oración", por tanto, que llegada ésa edad, y pensando las complícaciones que podía tener, no dudaban en pagar. Pagar la média quería decir pagar médio cántaro de vino, que junto con algo más que ponían los mozos se hacía una cena a base de escabeche y vino en la tabérna. Durante ella al nuevo mozo se le leian las leyes penales por el alcalde de éstos, que consistía en esplicarle como se debía comportar en su nueva vida, y sobre todo guardar secreto de cuantas conversaciones hubiera entre los mozos.

EL RAMO

El Ramo era otra tadicción en Lober, tenía lugar la noche de San Juan. Esa noche en grupos o en sólitario, los mozos ponían el Ramo a las mozas.Era tiempo de cerezas, los mozos corrían los cerezos del pueblo cortando los mejores ramos de cerezas y poniéndolos en los tejados de las mozas, ninguna de éstas se quedaba sin Ramo, pero claro está, si un mozo festejaba con una moza, éste siempre miraba deponerle el mejor, por tanto que si una moza no tenía admirador a ésta siempre le tocaba el más malo. También sucedía que si una moza daba calabazas a un mozo, éste en vez de Ramo de cerezas le colocaba un ramo de cardos como venganza.
Otra tradicción era poner el "Mayo" el dia 1 de mayo. Aquí ya no me boy a extender, dado que según referencías, aún en el día de hoy ésta tradicción perdura, y yo, de eso me alegro.

LA MACHORRA

L a "Machorra" era otra buena. Tenía lugar el día de Todos los Santos. Los mozos el día de Todos los Santos de buena mañana cojian un carro tirado por ellos mismos, y se dirigian a un monte público donde mejor leña habia, arrancaban jaras, podaban robles, haciendo un buen carro de leña, que luego ellos mismos tirando lo llevaban hasta "La Moral", donde a la salida de misa se subastaba, y se le adjudicaba al mejor postor. Esto era para recaudar fondos para La Machorra, la cual, el día antes los mozos habian comprado, y la tenían para celebrar el mencionado día. Ese día se cojia una casa vieja deshabitada própiedad de algún mozo, y allí se preparaba el regocijo, se hacía el almuerzo, que solían ser patatas guisadas con carne, a medío día se hacia la comida a base de carne guisada, y la cena de la noche ya era de las sobras de médio día, a éstas comidas las acompaña un buen pellejo de vino (odre) y alguna botella de coñac, y no acostumbrados a tantos excesos esa noche había muy malas digestiones
Gúmaro

lunes, 9 de junio de 2008

Las abejas


Las colmenas eran otro recurso económico de algunas familias de Aliste, y desde antiguo estaban, y aún continúan estando presentes en pequeñas cantidades, en todos los pueblos de nuestra comarca.

Las primeras colmenas que cobijaron las abejas eran hechas de troncos de árboles, bien de trozos de árboles que con el paso de los años se habían quedado vacíos por dentro, o bien de trozos de árbol vaciados por dentro para tal fin.

ya son piezas de museo, aunque aún podemos contemplar algún ejemplar. Las colmenas de corcho protegían a las abejas del frío de los crudos inviernos alistanos, y al mismo tiempo también del la lluvia. Solían ser de forma redondeada como el árbol donde habían extraído el corcho, otras también de forma cuadrada hechas de piezas de corcho y clavadas por los lados con puntas de madera hechas de urces o de jara, en los dos casos la tapa era también de corcho. Por encima iban protegidas con una pieza de pizarra que servía de tejado y al mismo tiempo hacia de peso para no ser arrastrada por el viento, la base solía ser de una pieza de piedra. El orificio de salida y entrada de las abejas estaba situado siempre al medio día.

Dentro de la colmena se ponían dos palos en forma de cruz para evitar la deformación de la colmena.

En el mes de octubre era la época de la recolección. Con un ahumador se ahumeaba la colmena por dentro, con el humo las abejas no son tan agresivas, y hacía que la maestra subiera hacía arriba evitando que al cortar los panales, ésta muriera, ya que si moría la maestra, moría todo el enjambre.

Para sacar la miel del corcho, se hacía con la castradera, (forma de espátula) se cortaban los panales que ataban pegados al corcho, luego estos se iban cortando a trozos que se dejaban en un baño tapado con un trapo para que las abejas no se metieran en él.

Mas o menos se dejaba la mitad de la miel en la colmena , para que las abejas pudieran comer durante el largo invierno, si el invierno venia muy frío, también se le llevaba azúcar para que comieran, a la espera que salieran las primeras flores de la primavera.

Para extraer la miel de los panales, se ponían estos en una caldera, y estrujados con el cucharón, se ponía la caldera al fuego hasta dejarlo hervir. Una vez hervidos se dejaba en reposo hasta el día siguiente, quedando la miel reposada al fondo, y la cera flotando, con una espumadera se sacaba la cera por encima, cuando ya se había sacado la cera se repetía la operación de hervirlo, si quedaba alguna impureza de cera se volvía a pasar la espumadera, ahora la miel ya quedaba limpia. Después la cera se ponía dentro de una caldera con agua, se hervía para lavarla, de éste agua de lavar la cera salía una miel más floja llamada melada, que era repartida a la gente que no cosechaba miel, la cual se calentaba en una cazuela, y para mojar pan era exquisita. Luego la cera aún caliente se apretaba con las manos haciendo unas pelotas, las cuales se vendían a buen precio.

Antiguamente le sacaban más rendimiento a la cera que a la miel, eran los años que en las iglesias lucían velas constantemente.

En nuestros días hay las colmenas llamadas “movilistas o artificiales”, más modernas y prácticas que las de corcho, construidas con tablas sujetas con puntas de hierro, constan de dos elementos, la base y el alza, están colocadas en el suelo sobre una base de piedra y por encima tienen una cubierta de chapa. En su interior hay panales de cera artificial en los cuales las abejas hacen la miel, y al no tener que fabricar la cera, fabrican mas cantidad de miel, a la hora de la recolección o de “castrar” es mas fácil, sólo se tiene que sacar los panales llenos, y repostar otros vacíos. La maestra siempre habita en la base, y está mas protegida, por que sólo se recolecciona la miel del alza. En algunas regiones las mueven de una parte a otra dependiendo de las épocas de las floraciones, esto lo hacen apicultores que trabajan en cantidades industriales, en Aliste la mayor parte son para el consumo familiar, y si sobra se vende, pero siempre en pequeñas cantidades.
En la primavera, entre el 15 de mayo y el 15 de junio salen los enjambres, os enjambres son la cría de las abejas, suelen pararse un día fuera de la colmena, si no encuentran sitio adecuado para meterse se marcha todo el enjambre junto buscando sitio para alojarse, puede ser en un árbol que contenga algún agujero, o hasta en alguna chimenea a veces se ha dado el caso.