domingo, 20 de enero de 2013

EL SACRAMENTO DE LA EXTREMAUNCIÓN



El Sacramento de la extremaunción consiste en la unción con óleo sagrado que el sacerdote hace a los files que se encuentran en eminente peligro de muerte.

En aquellos años,  cuando una persona se ponía enferma antes de requerir la presencia de un médico, se anteponía la presencia  de un sacerdote para  obtener una buena muerte.

Recuerdo de niño esta costumbre  que el sacerdote vestido  con una estola blanca  y un cáliz en las manos con las  sagradas hostias para dar la comunión al enfermo si aún estaba consciente, y acompañado del mayordomo que iba delante portando la cruz procesional, detrás dos vecinos que llevaban dos candelabros encendidos, al lado  del sacerdote iban dos monaguillos, uno portaba el caldero del agua bendita con el aspersorio, el otro por taba en las manos la crismera con los santos oleos  para uncir al enfermo, y detrás iba la comitiva de gente  que se quería sumar a la comitiva con velas encendidas  para  acompañar al enfermo  el momento de da el santísimo sacramento de la extremaunción.

Llegando a la casa del enfermo estaba esperando la familia con la puerta abierta. Era costumbre de poner  telas blancas  cubriendo las paredes  de la casa por donde pasaba el sacerdote así como en la habitación donde estaba postrado el enfermo. En la habitación se ponía una mesa cubierta con un paño blanco de lino donde se ponían todos los santos utensilios que habían sido portados  para la ceremonia.

Si el enfermo estaba ya en su ultima hora, el sacerdote uncía  con los santos oleos una cruz en la frente, otra en las manos y otra en los pies, y  rociando el lecho del moribundo con agua bendita.

Después de varios rezos por parte del sacerdote deseando una buena muerte, se rezaba un padre nuestro, un ave maría y un gloria por parte de todos los allí presentes.

Toda esta ceremonia causaba cierto pavor sobre todo a los niños de la sociedad  atrasada de aquellos años, que cuando veíamos la comitiva corríamos hacía a casa para escondernos, y si  era a la hora  de escurecer, cunado veías al sacerdote vestido de blanco y la comitiva con las velas  encendidas nos causaba un miedo aterrador.  Yo pude presenciar esta ceremonia con 7 años en mi casa para dar la extremaunción a una tía nuestra, es el único recuerdo que me queda de ella. Falleció dos días después.
Gúmaro,  20 de enero de 2013.

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