La llegada del carnaval marcaba el tiempo de cuaresma, un
tiempo en el que el ayuno y la abstinencia eran obligatorios impuestos por la
iglesia, cosa que se respetaba en mayor de las casa en los pueblos de nuestra
comarca alistana.
Como ya comenté en otro artículo publicado en este mismo blog, la iglesia
vendía una bula, cuyo documento daba autorización del papa de ciertas obligaciones religiosas a quien
lo poseía, entre ellas se autorizaba a comer “tocino” o cualquier clase de carne durante la
cuaresma excepto los viernes que era de
obligación abstenerse
Si bien, cansados de comer tocino cada día (cuando lo había)
bien venia una vez a la semana cambiar la dieta, pues para los viernes se hacía tortilla de patatas
dado que en tiempo de cuaresma las gallinas estaban en plena postura y había
huevos suficientes para abastecer las necesidades de la casa. También, la
comida de este día podía combinarse con conserva de escabeche o sardinas en
lata, huevos cocidos con bacalao, o unas patatas cocidas con las raspas del
bacalao aliñadas con un refrito de aceite de oliva.
Personalmente a mi alguna vez me daba la tentación los
viernes de ir al chorizo y hacer un pecado, y cuando nadie me veía iba a la
choriza que estaba empezada y cortaba un trozo de la manera que menos se notara
la falta, pues si estaba el corte en la parte recta apenas se notaba si
cortabas medio furco, si el corte estaba en la curva cortaba toda la curva,
pues con la choriza aún tierna se hacía
otra vez la curva sin que apenas se notara la falta.
El día de viernes Santo,
y hasta el Sábado Santo hasta más o menos las 12 del medio día era día
de ayuno y abstinencia. Ya por tradición todas las amas de casa se proveían de
pulpo para la comida de medio día y un poco de escabeche con unas aceitunas
negras para la cena. El pulpo que llamaban de media cura era un pulpo seco de
un color morado oscuro previamente
secado en secaderos, este pulpo se ponía en remojo unos tres días o cuatro y
cuando estaba remojado aumentaba su tamaño más del doble. En aquellos años, tanto
el pulpo como el bacalao eran productos asequibles al alcance de todos, o mejor
dicho era comida de pobres. El pulpo de
media cura, a parte de la cuaresma estaba presente en casi todas las ferias de
la comarca, y la temporada era era en los meses del calendario que tuvieran
“R”, es decir, desde el mes de septiembre hasta el mes de abril. A las ferias
acudía la gente de los pueblos a vender el ganado, y si habían vendido y
consideraban que habían hecho una buena venta, acudían a las pulpeiras a comer unas rodajas de pulpo con un
cuartillo de vino.
A las ferias del cutro de cada mes y los dos cristos de marzo y septiembre en San Vitero venían las
pulpeiras de Galicia. Estas fechas practicamente marcaban
el principio y el fin de la temporada pulpeira. Las pulpeiras hacían una
buena lumbre y cocían el pulpo en calderas de cobre y luego vendían en raciones con una jarra de vino a los feriantes. A las
ferias más pequeñas como el 28 en Gallegos del Rio o el 15 en rabanales, la pulpeira era de Alcañices, una mujer
que era conocida por la la Ti Cascaja.
Con el fin de las ferias de ganado todo esto se ha ido perdiendo, ya que
de las ferias solamente queda el nombre, si bien en las ferias del Cristo de
marzo y septiembre en San Vitero las
pulpeiras continúan. Hoy lo cuecen en calderos de acero inoxidable por una normativa que considera nocivo el cobre para el uso y cocción
de alimentos.
Gúmaro, 26 de marzo de 2013
Que tal estas Gumaro? Hace tiempo que no publicas nada en el blog, espero todo te vaya bien, y que nos deleites con nuevos artículos.Un abrazo. Paco, Cabañas de Aliste.
ResponderEliminarHola Paco, muy bien por ahora gracias a Dios. Es cierto, hace ya bastante tiempo que no dedico una parte de mi tiempo a tierrasdealiste, pero no está en olvido. Espero retornar con algún articulo después de coger aires nuevos alistanos.
ResponderEliminarMientras tanto recibe un cordial saludo.
Gúmaro